Por: Macarena León
La creciente dificultad para abordar los efectos del cambio climático ha puesto de manifiesto la necesidad de una reestructuración de los tratados actuales. La complejidad de gestionar una respuesta transfronteriza, sumada a problemas como la imposición de metas poco realistas, la falta de compromiso y de un adecuado abordaje de las crisis climáticas y sus refugiados, impiden una respuesta rápida. Por lo que, es momento de cuestionarnos si una restructuración es imperativa.
Los tratados actuales, responsables de hacer frente a la Crisis Climática comprenden el Acuerdo de París (2015) y la Enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal. El primero, es el más notable debido al gran número de países suscritos a él. Su principal objetivo es “reforzar la respuesta mundial al cambio climático, manteniendo el aumento de la temperatura mundial en este siglo muy por debajo de los 2 grados centígrados, y en un futuro limitarlo a 1,5 grados” (United Nations Climate Change, 2021). Asimismo, establece los cimientos de los canales de financiación dirigidos a implementar medidas para reducir la temperatura mundial, así como los pininos para una cooperación entre fronteras. Por otro lado, la Enmienda de Kigali, en el marco del Protocolo de Montreal, se enfoca en la protección de la capa de ozono. Ampliando su alcance al incluir los hidrofluorocarbonos (HFC) en la lista de sustancias cuyo consumo debe ser reducido, debido a que provocan un aumento de la temperatura global (UNDP, 2025).
Otro punto a considerar, es la carencia de un adecuado marco de responsabilidad en relación con las metas propuestas. Si bien la ausencia de este marco en el Acuerdo de París ha facilitado una mayor cooperación internacional, también plantea interrogantes sobre si los países deberían ser responsabilizados por el incumplimiento de sus objetivos o por la falta de acción para alcanzarlos. Ahora, este es un tema bastante complejo porque se deben tomar en cuenta la situación de los países para ello, ¿son países en desarrollo? ¿cuentan con la infraestructura o financiación para llevar a cabo estas metas? ¿Podrían hacer frente a una pena financiera o resultaría mejor una pena diplomática? Esas son algunas de las preguntas que quedan sin respuesta porque los tratados actuales son no vinculantes, es decir los países no están obligados a cumplirlos. Lo que, trae a colación otra pregunta ¿deberían serlo? En realidad, la flexibilidad que proporciona el tratado es clave para que tantos países lo acaten, ya que deja en sus manos cómo abordar su situación nacional. Empero, ha demostrado tener pocos avances significativos. En consecuencia, es fundamental encontrar un equilibrio entre la responsabilidad y la flexibilidad para poder cumplir con las metas efectivamente.
Lo anterior nos lleva a otro punto muy relevante, la imposición de metas poco realistas resulta en un detrimento de los esfuerzos de cooperación internacional. Aunque, la proyección de reducción de la temperatura global acordada resulte muy atractiva, en los últimos años no se ha reducido en gran medida a pesar de los esfuerzos de la comunidad internacional. Ello debido a que, al proponer estas metas no se tomaron en cuenta la situación de muchos países suscritos al tratado. Considerando que un gran número de ellos no cuentan con la infraestructura ni con la financiación para llevar a cabo grandes cambios en su industria. Asimismo, incluso si el tratado de París establece una cooperación entre países con recursos como China y Estados Unidos, lo que sucede es que muchas veces lo ambiental no es prioridad para países que enfrentan desafíos más grandes como crisis económicas o políticas. Lo que plantea la pregunta ¿se deberían establecer metas distintas dependiendo de la capacidad de los países para llevarlas a cabo? Llevándonos a reflexionar sobre la importancia de la viabilidad de las metas propuestas y de la capacidad de la comunidad internacional para llevarlas a cabo.
En adición a ello, entra en juego el abordaje de crisis climáticas y las medidas a tomar con respecto a los refugiados climáticos. Este es un punto que tratados como el acuerdo de París y la Enmienda de Kigali no abordan. En situaciones de crisis, no existe un mecanismo de respuesta establecido que proporcione una solución rápida. Dado que, “el Acuerdo de París no compromete a los países a abordar las necesidades legales de los migrantes desplazados por el clima, dejando grandes lagunas en derechos y financiamiento" (Environmental Migration Portal,2022). Es decir, que ante un desastre natural, las personas desplazadas por el mismo no tienen cobertura internacional que respalde sus derechos y por tanto, les garantice un trato digno. Además, deja expuesta la noción de que la ayuda internacional tardará más tiempo en llegar por cuestiones burocráticas.
En conclusión, una reestructuración es necesaria en futuros tratados, considerando que los actuales aún tienen cuestiones relevantes por abordar. Si bien hemos dado un paso adelante para solucionar el cambio climático, aún queda mucho trabajo por hacer, tanto de nuestro rol como ciudadanos como de la comunidad internacional.
Referencias:
Odendahl, T. (2016). Los fracasos del Acuerdo de París sobre el cambio climático y cómo la filantropía puede solucionarlos. Stanford Social Innovation Review. https://doi.org/10.48558/DEM5-3Q31
Kigali Amendment. (2025). UNDP. https://www.undp.org/chemicals-waste/montreal-protocol/kigali-amendment
United Nations Climate Change (2021). ¿Qué es el Acuerdo de París? https://unfccc.int/es/most-requested/que-es-el-acuerdo-de-paris
Tso, K (20201) How are countries held accountable under the Paris Agreement? Preguntale al MIT sobre el Clima https://climate.mit.edu/ask-mit/how-are-countries-held-accountable-under-paris-agreement
Environmental Migration Portal (2022). Human Mobility at COP22 https://environmentalmigration.iom.int/human-mobility-cop22#:~:text=The%20Paris%20Agreement%20does%20not,legal%20gaps%20should%20be%20remedied
United Nations Climate Change (2016) .La movilidad humana y el acuerdo de París. https://unfccc.int/news/human-mobility-and-the-paris-agreement
¡Hola! Mi nombre es Macarena León, y soy parte del equipo de coaches de Peruvian Leaders Delegation (PLD), la delegación de debate que forma líderes peruanos que cambian nuestro país desde el Modelo de Naciones Unidas. En 2024 debatí este tema en el comité de UNEA en la conferencia USILMUN de la Universidad San Ignacio de Loyola. En PLD investigamos temas internacionales de gran relevancia y proponemos soluciones innovadoras para los retos globales. Durante esta experiencia, profundizamos en temas como: los marcos de regulación de tratados ambientales internacionales, los canales del financiamiento ambiental, el abordaje de refugiados climáticos y la imposición de metas ambientales poco realistas, debatiendo con pasión y compromiso.