Por: Stephanie K. Venero Bravo
23/04/2025
Las fronteras difusas, tanto físicas como legales, a menudo se convierten en factores que generan codicia sobre ciertos territorios, recursos o costumbres entre pueblos, sociedades y países. Un caso evidente se muestra en nuestro pulmón del mundo, en el Amazonas y los pueblos indígenas. Se reconoce que los pueblos indígenas representan un 6% de la población mundial, un porcentaje al cual muchas veces no reconocen sus derechos dentro la sociedad, llegando a envidiar y maltratar sus tradiciones, lotes y recursos por personas externas a sus normas. De hecho, un 34% de comunidades aún no han sido reconocidas ante las autoridades; además de ello, los títulos de propiedad de sus tierras por industrias y empresas externas. Es por ello que para una comunidad es crucial titularizar sus lotes para disminuir posibles invasiones externas y explotar sus elementos.
Carlos Ruiz Montoya (s.f) lo resume claramente “Cuando no están tituladas, las comunidades no tienen seguridad jurídica. Un día despiertan y su territorio ha sido concesionado”. Lo cual tiene sentido en una perspectiva actual, y desde épocas antiguas, donde los mapas muchas veces están desactualizados, o simplemente no han sido realizados a detalle real de la misma selva, un lugar con cambio constante, escapando a la lógica lineal del cartógrafo tradicional.
Es hasta hace treinta años atrás en promedio, donde un niño de alma voraz, despierta y con un sentido de ubicación excepcional, llegó a convertirse en uno de los líderes de georreferencia de pueblos indígenas más importantes de Perú. Ernesto Tuesta, cartógrafo de vocación y pasión ha llegado a evitar extracciones masivas de recursos en comunidades olvidadas por el estado gracias a sus trazos y lucha constante por la selva amazónica.
La selva siempre fue importante para él debido a sus lazos familiares, ya que es hijo de madre Awajún y padre Loretano, y desde muy pequeño su abuelo le enseñó los secretos de cómo escabullirse y respetar el alma de la selva; esto llevó a que Ernesto desarrollar un sentido de orientación sin igual, donde demuestra que pese a no tener herramientas modernas, uno es capaz de guiarse y descubrir los secretos de su tierra. Pese a ello, Ernesto Tuesta menciona que la selva es una entidad cambiante, (s.f) “La selva no avisa” reflejando que en ocasiones pese a tener una ruta establecida en mente, las cosas pueden modificarse al último minuto.
Su carrera inició en los años ochenta, cuando Richard Smith era Director de OXFAM de Sudamérica conoció a Ermeto, que luego lo invitó a ser partícipe en su Instituto de Bien Común (IBC) georreferenciado durante más de dos décadas, ayudando a cientos de comunidades. Richard Smith (s.f) “El Estado ignoraba estos territorios, pero nosotros podíamos hacerlos visibles”. comentó Smith del trabajo realizado por el estado.
A machete en mano y sin señal móvil abriendo campo, Ernesto ha trazado mapas que no solo delimitan tierras, sino que también protegen sueños, cultura y biodiversidad. Su trabajo ha sido clave para evitar la extracción masiva de recursos naturales y ha sido reconocido por líderes indígenas como Oscar Chingkun, líder de Antigua Kanam. Su labor ha llegado incluso a instancias oficiales del Estado peruano, marcando coordenadas que representan algo más que tierra: representan identidad, resistencia y esperanza.
Pese a los años que ha llevado en este rubro, él advierte que el estado tiene un gran trabajo por realizar porque no solamente es suficiente un papel oficializado para hacer sentir el pesar y supervivencia de los pueblos indígenas ante las industrias petroleras, mineras, etc., que codician tierras sagradas. Luego de dos décadas, Tuesta continúa su guerra como oficial del proyecto Iniciativa de Tierras Indígenas, donde proyecta monitoreo técnico de titulación alrededor de no solo Perú, sino Centro y S
udamérica a la mano de la organización Indian Law Resource Center (ILRC).
Ernesto Tuesta (s. f.) “A veces me pregunto para qué hicimos todo esto. Pero cuando una comunidad logra defender su territorio, cuando usa sus mapas para frenar a una petrolera o evitar una concesión, sé que valió la pena”.
Su pelea y de todos lo líderes indígenas, que buscan defenderse ante las industrias, está siendo oída ante el público nacional e internacional, aunque aún se necesita concientizar acerca de la esta problemática que acaba con ecosistemas enteros, despojando a sere vivos - humanos y no humanos- sin un hogar donde guardar su corazón.