Por: Mateo Espinoza
Piratas, entrañables personajes que nos hicieron divertir y emocionar en más de una película; sin embargo, aunque parezcan ya únicamente de siglos atrás, piratas de Somalia llevan más de dos décadas generando millones de dólares en asaltos y secuestros, mientras hacen perder otros muchos al comercio internacional. La piratería en las costas de Somalia es una clara muestra de la amenaza global que puede llegar a causar una inestabilidad local, es uno de esos casos que por su condición debe ser tomado desde la raíz.
A inicios de los 2000 masivas cantidades de pescadores somalíes empezaron a verse gravemente afectados económicamente por la incapacidad de trabajar que les había dejado la explotación del mar: había arrasado con los ecosistemas marítimos y amenazaba con su propia salud. Sin mayor rango de opciones, aquellos pescadores encontraron en la piratería un modo de ganarse la vida; mientras más notable era la crisis marítima más incrementaba el número de piratas.
La piratería no es más que un efecto de la crisis que ya llevaba enfrentando Somalia. En 1991 la República de Somalia fue declarada como un Estado fallido al desintegrarse su gobierno central producto de una guerra civil; Somalia se había convertido en una semi-anarquía. Este hecho es crucial porque no solo permitió que se generase la explotación causante de la contaminación de zonas de pesca en Somalia, sino que generó las condiciones para hacer imposible una salida económica que no estuviera relacionada a la ilegalidad.
Todo esto ha generado diversas consecuencias. En el ámbito económico, la piratería en Somalia ha impuesto un costo altísimo al comercio internacional, ya que el incremento en los seguros y el desvío de rutas, especialmente en el canal de Suez, han obligado a las embarcaciones a optar por recorridos más largos y costosos. Asimismo, las compañías han recurrido a la contratación de guardias armados y a la instalación de barreras físicas, lo que ha elevado los gastos, repercutiendo en el precio final de los bienes a nivel mundial. Por otro lado, paradójicamente los jóvenes somalíes empiezan a ver a la piratería de modo esperanzador , viéndola como una vía para escapar de la pobreza y la falta de alternativas y al mismo tiempo dificultando más la expansión de esta. No obstante, esta misma situación ha generado una marcada inseguridad en las zonas donde operan los piratas, efectuando un ciclo de inestabilidad que afecta tanto a la economía local como a la global.
Es por ello que diversas OI 's han tomado un vasto esfuerzo en asistir a Somalia, tales como la ONU o la Unión Africana. La ONU planteó la Misión de las Naciones Unidas en Somalia (UNOSOM I-II) que plantea ayuda humanitaria y reintegración social, así como más de 50 resoluciones del Consejo de Seguridad que van desde el reforzamiento de UNOSOM hasta el envío de “cascos azules”, soldados miembros de la fuerza internacional del Consejo que tienen como objetivo preservar la paz en zonas de conflicto. En cuanto a la Unión Africana, trajo la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM), que reforzaba al gobierno en su lucha contra el terrorismo y fomentaba condiciones de reconstrucción social.
En síntesis, la piratería en Somalia refleja una crisis nacida del deterioro ambiental y el colapso gubernamental. Mientras la inestabilidad impulsa a los jóvenes hacia la ilegalidad y encarece el comercio internacional, la respuesta global a través de misiones y resoluciones deja entrever una posibilidad de reconstrucción y paz.
¡Hola a todos! Soy Mateo Espinoza, y soy delegado de la primera generación 2024-2 de Peruvian Leaders Delegation (PLD), la delegación de debate que forma líderes peruanos que cambian nuestro país desde el Modelo de Naciones Unidas. En 2024 debatí este tema en el comité del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en la conferencia PUCPMUN de la Pontificia Universidad Católica del Perú.. En PLD investigamos temas internacionales de gran relevancia y proponemos soluciones innovadoras para los retos globales. Durante esta experiencia, profundizamos en el funcionamiento técnico del Consejo de Seguridad, la meticulosidad necesaria en la diplomacia, la resolución de problemas vinculados a grupos armados, la gestión de los recursos defensivos de los países, entre muchos otros: debatiendo con pasión y compromiso. Esperamos que este artículo te inspire y te acerque al increíble mundo del Modelo de Naciones Unidas, donde las ideas y el liderazgo juvenil pueden marcar la diferencia.