Por: Dharma & Ariana Bueno
En un mundo marcado por la constante evolución de la guerra, las armas biológicas surgen como una de las amenazas más poderosas y destructivas. Mientras los conflictos bélicos tradicionales han dejado huellas profundas en el sentimiento humano y la geopolítica, el uso de agentes biológicos como armas abre una nueva y sombría era de lucha, donde el poder y la humanidad se encuentran en una peligrosa confrontación.
Las armas biológicas son agentes de naturaleza biológica que, mediante sus toxinas, tienen acción lesiva, incapacitante o letal sobre seres humanos, animales o plantas. Este tipo de armamento fue prohibido por la Convención de Armas Biológicas y Toxinas (CABT) en 1975, firmada por 183 países. Según el Artículo 1° de esta Convención, los Estados firmantes se comprometen a “nunca desarrollar, producir, almacenar o adquirir armas biológicas”. No obstante, el progreso científico y tecnológico plantea retos crecientes para hacer cumplir estas regulaciones.
Los avances en biotecnología han permitido el desarrollo de herramientas que, aunque inicialmente diseñadas con fines médicos o agrícolas, pueden ser fácilmente desviadas hacia propósitos militares. Esto, como consecuencia, causa un dilema ético para la comunidad científica y plantea interrogantes sobre cómo equilibrar la innovación con la seguridad global.
Por otro lado, en varias regiones del mundo se han detectado actividades biológicas cuestionables, a menudo justificadas como investigación. Estas situaciones han alimentado preocupaciones sobre el uso encubierto de la investigación biológica con fines militares.
En América Latina, por ejemplo, se han reportado casos de enfermedades infecciosas que muestran variaciones genéticas sospechosas, lo que subraya la necesidad de mayor vigilancia y regulación. Asimismo, refuerza la importancia de una cooperación internacional que priorice la salud pública por encima de cualquier interés político o militar.
Los inicios de este nuevo lustro brindan esperanza de un cambio en las guerras biológicas, y queda como misión de la humanidad seguir luchando por la vida. La batalla por la paz no se libra solo en los campos de batalla, sino también en las mesas de negociación, donde la humanidad debe ser puesta por encima de cualquier otra consideración.
¡Hola! Nosotras somos Dharma y Ariana Bueno, y somos delegadas de la primera generación 2024-1 de Peruvian Leaders Delegation (PLD), la delegación de debate que forma líderes peruanos que cambian nuestro país desde el Modelo de Naciones Unidas. Nosotras debatimos este tema en el comité de Desarme Internacional en la conferencia MUN Metropolitano de la Municipalidad de Lima. En PLD investigamos temas internacionales de gran relevancia y proponemos soluciones innovadoras para los retos globales. Durante esta experiencia en el comité de Desarme Internacional, profundizamos en la prevención de la proliferación del uso de armas biológicas y químicas en conflictos armados, debatiendo con pasión y compromiso.
Esperamos que este artículo te inspire y te acerque al increíble mundo del Modelo de Naciones Unidas, donde las ideas y el liderazgo juvenil pueden marcar la diferencia.